¿Qué define un buen caso de enseñanza?

Reflexionando sobre la forma en que elijo los casos para mis cursos, llegué a algunos criterios que revelan lo que considero un buen caso de enseñanza. Espero que esta reflexión pueda ayudarte a elegir un caso para tu objetivo, ya sea promover una aplicación en una clase, una capacitación o una selección.

En primer lugar, un buen caso se centra en el problema, no en la solución. Un caso interesante tiene uno o más problemas situados en un contexto y también presenta uno o más objetivos de aprendizaje muy claros. También trae posibilidades para diferentes desarrollos, y no una sola respuesta.

En segundo lugar, un caso de calidad aporta una narrativa que involucra al lector como tomador de decisiones y no como un mero espectador de la situación. En otras palabras, un buen caso didáctico no es un mero ejemplo, ni una historia que ya tiene un final determinado (o influenciado por el autor).

Además, un buen caso didáctico ofrece suficiente y rica evidencia e información para las preguntas que guían el debate y conducen a un análisis que apoya la toma de decisiones. Sin embargo, se ocupa de las ambigüedades y el ruido de la información, replicando una situación real en la que no se dispone de todos los elementos deseados en el momento de reconocer el problema.

Finalmente, un buen caso trae preguntas estimulantes para la reflexión a nivel individual y la discusión a nivel colectivo. Debe ser adecuado para el nivel de los participantes y para el tema que se va a trabajar.

A veces, un caso que no es tan bueno puede transformarse en una poderosa herramienta de aprendizaje dependiendo de la estrategia que se adopte en el aula. Las preguntas de discusión que son interesantes y que invitan a la reflexión para esos estudiantes marcan la diferencia y pueden ser creadas por el propio profesor a partir de un caso ya escrito.