¿Cómo escribir un caso didáctico?

Para escribir un caso didáctico, es necesario partir de una situación problemática y un objetivo de aprendizaje. Vinculando estos dos aspectos tendremos un documento interesante para apoyar el aprendizaje creativo, colaborativo y aplicado.

Debemos recordar que un caso didáctico siempre se centra en el problema, no necesariamente en la respuesta. Un caso didáctico va más allá del registro de la situación, necesita tener una narrativa atractiva, alineada con el objetivo de insertar al lector en la situación y brindarle la posibilidad de participar en la decisión, convirtiéndose en partícipe del dilema presentado. Para ello, es necesario ofrecer suficiente información para las preguntas que guíen el debate y conduzcan a un análisis que apoye la toma de decisiones.

El caso, para promover el aprendizaje aplicado y colaborativo, necesita contextualizar bien al lector.  Aportar un contexto rico, tanto temporal como organizativo, es fundamental. Para la redacción de un caso no ficticio, es necesario recopilar una buena base de información, que puede ser primaria (entrevistas, documentos originales) o secundaria (medios de comunicación, entrevistas). Una mezcla entre los dos también contribuye a la riqueza de la caja. Cuanta más información de calidad, más estimulará al lector a ponerse en el papel de tomador de decisiones.

Un caso didáctico tampoco puede ser ingenuo en su narrativa. Necesita lidiar con varias facetas de la situación, incluso si privilegia la visión de un personaje. Necesita retratar la complejidad de la realidad, que siempre es multiescalar y facetada. Aquí también vale la pena adoptar técnicas de Narración , enriqueciendo el punto de vista del narrador o protagonista, su visión, sus emociones frente a la situación problemática. Cuando el caso es real, es necesario asegurarse del derecho de uso de los datos y si existen cláusulas de confidencialidad (especialmente si se encontraron en proyectos de investigación científica o consultoría).

La información presentada debe ser rica, pero no debe ser exhaustiva. Puede contener ruido y lagunas, simulando la realidad. El alumno, entre otras propuestas, puede ser invitado a llenar estos vacíos. Es bastante interesante cuando presentamos un caso que necesita ser consultado y que permite una lectura activa por parte del alumno. Lee, participa, toma notas, busca qué información es esencial para su toma de decisiones.

Por último, las preguntas deben ser claras y provocar reflexión para el debate. Deben presentarse en un orden creciente de complejidad. De la experiencia acumulada en el aula, un conjunto de 5 preguntas es interesante y suficiente para un buen debate.

Algunas sugerencias de caminos para las preguntas son: si hay acuerdo/desacuerdo con el camino adoptado en el caso, proponer un análisis de riesgos o pros y contras sobre la decisión, poner al lector en el papel de tomador de decisiones para elegir un camino siguiendo lo presentado, pedir una sugerencia sobre cómo implementar algo o el análisis del grupo de una determinada situación que aparece en el caso, plantear qué estrategias podrían adoptarse para viabilizar cualquier objetivo presentado en el caso.